SEGURITY MAN

Segurity Man pasaba la tarde tomando un cortado con medialunas mientras charlaba con el pibe que estaba de descanso en el local del “Rey de la hamburguesa”. Primera mesa a la derecha de la puerta de ingreso. El local estaba casi vacío. No más de diez mesas ocupadas. Dos pibes de la facultad terminando un trabajo práctico para entregar ya, un intento de galán chamuyando a una tal Luciana por celular. Una madre con sus dos hijos y por allá algunos clientes más.
-¿Vos todo bien?- le pregunta el Segurity Man al pibe en descanso. En ese instante ingreso y giro unos pasos más allá para subir la escalera. Mientras lo hago el Segurity Man me mira fijo con cara de mejor que consumas flaco. Si su mirada hubiera sido dos grados más acusatoria me creería que soy Bin Laden resucitado. Pero no, era simplemente un potencial no cliente.
Al bajar, luego de usar el baño, volvemos a cruzar miradas. Fue un segundo. Me fui a la caja y pedí una coca. Me dijeron Pepsi. Le dije da igual. El Segurity Man, satisfecho.
Ingresan tres pibes. Separados no dirían nada pero juntos generaban cierta incertidumbre. Igual que lo hice yo, suben la escalera. El Segurity Man refunfuña y les grita: -“Chicos, chicos ¿a dónde van?”- El que más duda generaba lo miró desafiante y siguió su camino ascendente. Segurity Man subió la escalera al grito de “Chicos, chicos”. Se frenó dos escalones más arriba y bajó solo. Se encuentra con otros dos pibes. -“O consumen algo o los rajo a la mierda”- les dice. Ellos sonríen y se retiran. Segurity vuelve a la mesa. En la mesa quedaba una medialuna. El pibe en descanso, sonriente y metedor de dedo en la llaga, le dice:
-Che, el flaco ese te afanó la medialuna.
- Eh, ¿cuál?
- Ese.
-Uh, pera que lo agarre.

Camina con paso rápido hacia la puerta al grito de:
-“Eh, eh, vos, ¿qué afanás mi medialuna?
-Yo no te afané nada, le dice mientras intenta tragar.
-¿Qué comés?
-Nada, le dice el pibe y casi se ahoga. – Yo no te robé, le insiste luego de recuperar la respiración.

Le muestra y revolea un ticket que a todas luces era del super chino de la vuelta.

La discusión se vuelve bizarra. A las puteadas, Segurity Man vuelve a sentarse. Bajan dos de los tres generadores de incertidumbre.
- La próxima consumen o los rajo a patadas.
- Ok, la próxima, le contestan sobradores.

Treinta segundos después baja el más bravo de los tres.
- ¿Vos no eras el que iba a consumir?
- Era, le responde bien serio y con mirada penetrante.
 -La próxima te saco a patadas.

Ingresan otros dos chicos. Se mandan para la escalera.
- Chicos, chicos, ¿a dónde van?
Segurity los sigue por la escalera y los hace bajar.

Pasan unos minutos de calma y Segurity Man me toca la espalda. Segurity Man me pregunta qué estoy escribiendo mientras escribo que Segurity Man me toca la espalda y me pregunta qué…

Hasta acá llegué. No pude escribir más.


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