Tu celular va saltando de celda
en celda a medida que circulás. El sistema siempre sabe donde está. En tanto el
teléfono móvil ya es parte de vos, el sistema sabe donde estás. Te representa. Si
encima tenés el GPS activo te detecta con coordenadas casi precisas.
Te filman. Ahora además de
semáforos y luces hay cámaras. En la vía pública y en la vía privada. Te
graban. También traen software biométrico que te pueden reconocer, medir,
copiar y pegar. Seguir. Si estás en Tigre te enfoca Massa y salís en C5N. Si
estás en una plaza de Capital Federal te enfoca Macri y salís en lo de Graña.
En Facebook se mezclan tus
relaciones familiares, laborales, sociales y el resto. Espacios que antes eran estancos,
casi independientes, ahora se fusionan. Entonces resulta que tu ex compañero de
la secundaria que no ves hace 15 años es compañero de trabajo de tu prima, la
que vive en Francia.
Con las tarjetas de débito y
crédito tus compras dejan de ser anónimas. Se pueden seguir, estudiar, analizar
y listar. De hecho la AFIP
puede cruzar tus datos impositivos con tus compras y consumos. Ni hablar de los
supermercados, bancos y demás incesantes recolectores compulsivos de datos.
Entramos en la era de
la
Personalización Masiva. Como consecuencia de la creación de
una inédita plataforma de interacción social mediante representaciones
digitalizadas se genera una gran base de datos global y a la vez localizada,
masiva y al mismo tiempo hipersegmentada, que permite el registro de la
actividad de las personas, ciudadanos, consumidores y usuarios. Con el traslado de infinitos volúmenes
de información hacia servidores en línea que posibilitan el almacenaje y
disponibilidad de contenidos en cualquier momento y lugar, se crean registros
que permiten su puesta en relación. Un espacio virtual donde cada individuo
participante deja sus huellas y sus rastros. Todo puede ser registrado,
administrado y analizado de forma prácticamente instantánea. “Sociedades de control”, las
denominó el filósofo francés Gilles Deleuze.
¿A qué viene todo esto? A J.J.
Abrams, el creador de Lost (la exitosa serie acerca de unas decenas de
sobrevivientes de un accidente aéreo que quedan varados en una isla misteriosa),
ahora produce una serie llamada Person of Interest. ¿De qué trata? Con todos
estos datos que nombramos anteriormente y algunos más, un genio de las ciencias
de la computación, Mr. Finch, crea un sistema, EL SISTEMA, para que el estado
norteamericano, post atentado a las torres, pueda encontrar terroristas. El
sistema cruza datos impositivos, financieros, grabaciones, patentes, señales de
celulares, perfiles en redes sociales, antecedentes delictivos, educativos,
profesionales, más antecedentes y va generando el perfil de cada persona. El
cruce de variables que pueden resultar incriminatorias va cerrando el cerco
sobre posibles sospechosos para que las fuerzas de seguridad actúen. El detalle,
que hace al corazón de la serie, es que el sistema descarta todo el resto de la
información que junta minuto a minuto sobre millones de personas que no son
potenciales terroristas pero si posibles víctimas de otros delitos.
El genio informático no es otro
que Michael Emmerson. El inigualable Benjamin Linus, el malo de Lost, que en
esta oportunidad, parece, hace de bueno. Es más, de tan infoxicado que queda
(intoxicado con información) le agarra una tremenda culpa por todos los datos
que va desechando y se da cuenta que puede hacer algo para evitar esas muertes
anónimas. Ya como independiente, luego de dejar de trabajar para el gobierno, mantiene
un acceso clandestino al monstruo informático que creo y este le marca posibles
víctimas de violencia. Para cumplir su misión de superhéroe preventivo contrata
a un ex marine venido a menos para que sea su brazo armado. Al mejor estilo
Steven Seagal en Nico y todas las otras, Jim Caviezel (John Reese en la
ficción) pega, dispara, corre y deja malos por el piso para salvar diariamente
a un X que corría riesgos y no lo sabía.
Con Lost, Abrams y sus guionistas
crearon una nueva forma de narración propia de la era de la hipertextualidad,
la no linealidad y la fragmentación. En Lost el pasado y el futuro se
desarrollaban en el mismo instante, durante el presente. Con Person of
Interest, Jota Jota Abrams se mete de nuevo en el intento de contar historias
con nuevas herramientas y estéticas propias de esta nueva era digital.
La #PersonalizaciónMasiva en toda
su expresión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
- ¿Por acá se entregan los comentarios?
- Si, pase. Póngase cómodo y escriba